martes, 1 de octubre de 2013

Paseo por las playas y calas de CALBLANQUE

Cala de los Déntoles
Día 21 de septiembre de 2013. A pocas horas de que empiece el otoño, un grupo de 13 jumillanos hemos bajado a hacer una ruta con los senderistas cartageneros, cuyo guía, Manuel, nos ha hecho una ruta tranquila y apacible por el paraje de Calblanque.
Cala Reona (inicio de la ruta)
Esta costa virgen forma parte del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, parque situado en el sureste de la Región de Murcia. Los límites de la costa del parque se encuentran entre el paraje de Cala Reona, en Cabo de Palos hasta la bahía de Portmán, en total 13 kilómetros de costa sorprendente y espectacular en la que no se atisban restos de humanidad salvo los caminantes y los bañistas.
Hacia el interior, el parque se adentra hasta la población de Llano del Beal, la Sierra de Atamaría y la carretera de acceso a la Manga.
Medio físico: el eje principal del parque es la Sierra Minera de Cartagena-La Unión cuyo punto más elevado es el de la Peña del Águila (387 metros). La sierra es el extremo oriental de las cordilleras Béticas, con relieves calizos interiores y materiales metamórficos (pizarras) más cerca de la costa formando impresionantes acantilados.
Duna fósil
En Calblanque, la costa se abre en una amplia depresión litoral con playas de arena, un cordón dunar y dunas fósiles. Destacan las dunas fósiles que forman un continuo rocoso de color claro entre el mar y la depresión de las Salinas del Rasall. Se formaron hace aproximadamente 70.000 años cuando el nivel del mar era mucho más alto que al actual; un mar cálido y poco profundo en el que las arenas litorales quedaron agregadas por materiales calcáreos procedentes de animales marinos.
Playa de Calblanque
Cuando el mal se retiró, esta formación quedó sometida a una intensa erosión creando formas accidentadas que podemos observar como los bufaderos, que son agujeros en la roca por los que resopla el mar con el oleaje.
Salinas del Rasall
Detrás de esta singular formación sedimentaria, modelada por la erosión litoral, aparece una cuenca cerrada con unas pequeñas salinas, las comentadas Salinas del Rasall, vestigio de dos antiguas lagunas.
Vegetación: la flora del parque es extraordinariamente rica y sorprende su gran variedad en un medio tan árido. Incluye muchos endemismos del sureste de España y del norte de África. Destacan las poblaciones de sabina mora o Araar, una reliquia vegetal de la era terciaria única en Europa y diversos tipos de matorrales costeros adaptados a la aridez.
Palmito con sus frutos
Entre los matorrales destacan los de la zona esteparia, dominados por palmitos, esparto, romero, cornical y aliaga.
Vegetación en la duna fósil
Llama la atención la vegetación que se incrusta entre los huecos de la duna fósil, vegetación típicamente rupícola, adaptadas al sustrato rocoso. Han de crecer en grietas y fisuras haciendo frente a una gran escasez de agua dulce y de suelo, así como al azote constante del viento marino cargado de partículas de sal.
Algunas de estas plantas son carnosas como el hinojo marino, o rastreras como la margarita de mar. Otras tienen glándulas que expulsan el exceso de sal como las siemprevivas.
Lirio de mar
Toda esta vegetación reverdecía con un color verde vivo después de las recientes lluvias que han caído por la zona. Como consecuencia de ella hemos podido ver numerosos lirios de mar en los arenales que preceden a la duna fósil en plena floración.
 Fauna: Estos arenales mantienen una variada y rica fauna que se refugian entre los densos grupos de palmitos. Son abundantes los insectos. También abundan los reptiles: lagartija colirroja, lagarto ocelado y culebras; y las aves, tanto las propias de matorral (currucas, tarabillas, mirlo) como las de zonas abiertas (cogujadas, collalbas, alcaraván…). Las palmeras secas muestran los orificios perforados por el Pito Real que instala sus nidos en ellas. Entre las aves marinas destaca la gaviota de audouin, frecuente en las salinas del Rasall, donde también recalan tarros blancos, avocetas, cigüeñuelas, chorlitejos patinegros y otros limícolos. Ocasionalmente se observan flamencos. Algunas especies de mamíferos como el conejo, el zorro y tejón también son frecuentes.
RUTA: La ruta no es ni muy larga (alrededor de 13 kilómetros) ni complicada ya que predominan las partes llanas. Discurre por el sendero de gran recorrido GR-92, sobre todo en la parte de la costa.
La hemos empezado en la Playa de Cala Reona, cerca de Cabo de Palos. Hemos tomado dirección oeste por una senda que va por media ladera de la montaña pizarrosa que se asoma al mar con bonitos acantilados (El Atalayón). Hemos pasado por numerosos pozos de minas hasta que hemos llegado al Mirador de Punta Negra, en el que hemos descansado y donde José María ha hecho algunas fotos al numeroso grupo de senderistas. Desde aquí podemos ver las tres playas primeras de Calblanque: la primera cala se llama Cala Magre, la segunda Cala Arturo y la tercera, la más grande, la playa de Calnegre propiamente dicha. También vemos las salinas del Rasall y al fondo, la máxima elevación: Peña del Águila.

Hemos continuado por la senda adentrándonos en el barranco colindante con el mirador, pero en lugar de seguir por la costa hemos seguido hacia el interior. Al llegar a una zona con restos de cultivos abandonados más recientes, en un cruce de caminos, divisamos en dirección oeste una pequeña casa precedida de un bonito pino aislado. Se trata de la Casa de las Ratoneras, donde hemos almorzado. Es el punto kilométrico 4,5 de nuestra caminata.
Hacia el Cortijo de la Ratonera
Después de descansar hemos empezado a bajar por una suave senda en dirección a las Salinas del Rasall. El mirador de las aves es 5,8 kilómetros. Aun hemos seguido avanzando por el camino en dirección oeste hasta llegar a la duna fósil junto al mar (kilómetro 7). Allí volvemos en dirección al inicio de nuestra ruta, en esta ocasión por la costa, pasando por las tres playas que he comentado más arriba. Hemos seguido avanzando en busca de una recoleta cala, la Cala de los Déntoles, donde algunos y algunas se han dado un buenísimo baño, y otros nos hemos conformado con mojarnos solo las piernas. A partir de este punto y después del relajante baño en esta playa casi caribeña, hemos seguido la senda que nos lleva al punto de inicio, Cala Reona.
Cornical





En este enlace podréis ver unas fotos espectaculares de Calblanque de la página www.360cities.net. Son fotos en 360 grados y que puedes ir pasando de unas a otras haciendo clic en las flechas de dirección que salen en la foto. Pon la pantalla completa y disfruta.