Como resultado de la excursión que hemos realizado el día uno de febrero al Barranco del Zurrior, en la Sierra del Carche, y que comento en la siguiente entrada, hemos visto el cuco de La Alberquilla.
Siempre he querido hacer alguna entrada sobre los cucos jumillanos y aprovecho esta ocasión para hacerlo.
Los cucos son unas construcciones rurales típicas de la zona de jumilla y alrededores. Su función es diversa: refugio, almacén, pajar… En cuanto al origen de la palabra, algunos estudiosos se decantan a pensar que estas construcciones se llaman cucos porque son, achaparrados, de poca altura, pequeños…
El Google este es una maravilla, y no teniendo en casa nada sobre los cucos, he decidido buscar en Internet. He encontrado un interesantísimo trabajo titulado “
UN HABITÁCULO EVENTUAL EN EL ÁMBITO RURAL JUMILLENSE: EL CUCO” cuyo autor es
J. Molina García que me he puesto a leer con interés. Habla de las características de estas construcciones, de su origen, de su utilidad… e incluso tiene un interesante catálogo de los 14 cucos existentes en el término municipal de Jumilla. He estado buscando el Cuco de la Alberquilla y no aparecía, lo cual me ha parecido extraño ya que este es el más importante por su estado, sus características y su vistosidad. Esto me ha hecho profundizar más hasta que he descubierto que J. Molina García llama a este cuco de La Alberquilla “
CUCO DE ZACARÍAS”. A continuación os transcribo la descripción que hace Molina García del cuco:
“
Se encuentra al este de la población, de la que dista 17 km en línea recta, en un lugar de la pedanía de la Alberquilla situado en las cercanías del barranco del Zurrior, estribación suroriental de la Sierra del Carche.
Tiene su acceso por la carretara comarcal 3213 de Hellín a Novelda, con desvío al norte en dirección a la sierra mencionada, en el km 11, camino de carros que conduce a dicho barranco, en cuyo interior existe un pequeño manantial de agua aprovechado para abastecimiento local en ocasiones de que los aljibes de las casas de campo quedan agostados tras largos periodos de sequía. El nombre de Zurrior dado al barranco obedece al ruido que produce una salida de aire del interior de la sierra a través de una estrecha grieta.
El cuco se ubica, por tanto, en terreno abrupto, entre ramblas que discurren encajadas por lomas y cerros poblados de intenso matorral, pino, espartizal, con predios cuidadosamente aterrazados con cultivo de vides, almendros y cereales.
Para atender estos cultivos un vecino de La Alberquilla (pedanía de Jumilla poblada por familias de origen valenciano que conservan su propia cultura) llamado Zacarías, o algún antecesor suyo, cavó una cueva en un ladera de estos cerros para vivienda propia y permanente, tal como se deduce de haberla dotado no sólo de las habitaciones necesarias sino igualmente de aljibe, cuadra y pequeña bodega con su lagar, entre otras, todo en ruinas y abandonado en la actualidad. Por quedar la cueva al resguardo de los vientos, la era de trillar hubo de ser ubicada en lugar abierto, despejado, alejada de la vivienda, construyendo junto a ella el cuco con destino a pajar.
Fue levantado a piedra seca con lascas de arenisca procedentes de formaciones tableadas del Mioceno allí aflorantes, que facilitaron la proverbial maestría que caracteriza al campesinado del vecino Pinoso en el manejo de la piedra, atestiguado en tantas hormas con las que aterrazaron sus bancales en evitación de pérdida de suelo por arrastre de avenidas y aprovechamiento de estas como riego eventual.
Su destino como pajar queda atestiguado no solo por haber construido sobre la misma terraza donde se encuentra la era de trillar y a escasos metros de ésta, sino igualmente por el ingenioso sistema de vertido a su interior de la paja allí obtenida, consistente en un vertedero o embudo sobre la cumbre del cuco, cuya falsa cúpula queda abierta por un orificio circular, al que se accede desde el exterior a través de un corto corredor cubierto y, a éste, por un sistema de escalera a base de piedras escuadradas que, empotradas en la pared y sobresaliendo al exterior en una mitad, van ascendiendo en espiral, distanciadas en escalones, a partir de la base sobre la que se asienta.
Por el exterior del cuco y a ambos lados de la entrada, que es baja, adintelada con una gran losa y abocinada hacia fuera, se le han adosado dos contrafuertes, también a piedra seca, con el fin de contrarrestar la presión que desde el interior podría ejercer el sistema de cubierta, con supuesto peligro para la integridad de la construcción. El tercero de estos refuerzos que, contrapuesto en trévedes a los anteriores, debía existir en la parte trasera, no se consideró necesaria su construcción por quedar dicha parte adosada a un escalón rocoso que sobresale del terreno, del cual, a su vez, arranca la escalera, ahorrándose de este modo la ejecución de un par de escalones. En la actualidad, y al parecer recientemente, uno de estos escalones salientes se ha partido, quedando casi impracticable, conservándose en el suelo el fragmento desprendido.
El sistema de vertido abierto sobre la cumbre queda orientado hacia el este.
Dada la singularidad de tan interesante construcción, anotamos a continuación sus datos más significativos en tanto no se lleva a cabo un detenido estudio técnico por personal especializado (arquitectos del Ayuntamiento de Jumilla) en proyecto:
- Altura interior hasta el orificio de vertido: 2,55 m.
- Altura desde el orificio hasta el techo del pasillo o corredor: 0,75 m
- Espesor del techo: 0,35 m.
- Altura total exterior: 3,65 m
- Diámetro interior: 3,25 m.
- Grueso de la pared: 0,65 m.
- Orientación. S.SE.
- Cada jamba es de una sola pieza.
- Entrada: altura: 0,95 m, Ancho exterior: 0,95, ancho interior: 0,65.
- Piso interior enlosado. Construcción sólida. Conservación perfecta.
Es propiedad de Miguel Palencia Albert, odontólogo residente en Alicante, cuyo padre compró el cuco y terrenos colindantes al tal Zacarías, al que se atribuye su construcción a mediados del siglo XIX.
El cuco de la Alberquilla merece un estudio técnico adecuado y ser declarado edificio singular digno de protección oficial”
Espero que os haya parecido interesante esta descripción y si algún responsable del Ayuntamiento o del área de turismo del mismo lee esto, pedirle que lo adecenten un poco, que lo señalicen, que pongan algún panel informativo, que limpien la era, y que lo cuiden para que no se siga deteriorando, ya que aunque Molina García dice que su estado de conservación es perfecto, hemos podido comprobar desperfectos, como el del escalón y otros más.
Si queréis leer el trabajo entero podéis hacerlo copiando el siguiente enlace y pegándolo en la dirección del navegador, ya que es un documento en pdf:
dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=232863&orden=0
O también podéis poner en el Google “El cuco de la Alberquilla” y buscar el título del trabajo que os comento.