lunes, 30 de mayo de 2016

Los 6000 escalones. Barranco del Infierno

Día 29 de mayo de 2016. El Grupo Hinneni ha llevado a cabo en este día una interesante ruta: la comúnmente llamada “Catedral del senderismo” o ruta de los 6000 escalones. Es una ruta que todo senderista debería de hacer por lo menos una vez en su trayectoria senderista, para,  a parte de conocer sus fuerzas y posibilidades, contemplar estos paisajes espectaculares y estos barrancos sin fondo, especialmente el del Barranco del Infierno o Barranc de L´Infern.
Vall de Laguart es un municipio alicantino de la comarca de la Marina Alta de cerca de 900  habitantes formado por los núcleos de Fleix, Benimaurell, Fontilles  y Campell.
Situado a una media de 500 metros de altitud se eleva entre dos sierras que conforman este hermoso valle. A un lado el Barranco del Infierno, maravilla natural, formada por el río Girona, que separa la Sierra de la Carrasca o de Ebo (de 1.000 msnm) de la Sierra del Migdia y atraviesa todo el valle hasta llegar al embalse de Isbert (embalse que en realidad no existe ni funciona). Al otro lado, como un auténtico caballo dormido, la Sierra del Cavall Verd o Sierra del Penyó (de 800 msnm de altitud) con multitud de fuentes y manantiales.
Estos escalones proceden de la época morisca, cuando estas gentes poblaban estos inhóspitos lugares tratando de sacar a estas empinadas vertientes un resquicio de tierra para abancalarlas mediante  terrazas y colocar un olivo, un almendro…  Felipe III, hijo de Felipe II, firmó el famoso decreto de expulsión de los moriscos escuchando los reclamos de los cristianos sobre los abusos, sacrilegios e indisciplina de los moriscos. Hay que recordar que su abuelo Carlos I obligo a estas gentes a bautizarse para no ser expulsados. Muchos de ellos para no salir de estas tierras y perder sus bienes, se vieron obligados a ello, lo cual provocó nuevos disturbios.
Vall de Laguar fue último reducto de la sublevación de los moriscos valencianos. En noviembre de 1609, ante su debilidad se rindieron y fueron expulsados definitivamente y conducidos al norte de África. El 14 de junio de 1611, Vall de Laguar era repoblado mediante escritura de nueva repoblación, por agricultores procedentes de la isla de Mallorca, descendientes de los antiguos repobladores catalanes de las islas.
Bonita calle de Benimaurell
En esta página web podéis ver la interesante historia de estos remotos escalones:
La descripción de la ruta no la hago, ya que hay numerosas páginas web en las que se explica el recorrido de 13 kilómetros con todo lujo de detalles. Decir que nosotros la hemos empezado en Fleix. Este enlace tiene una descripción de nuestro recorrido:
Como se describe en la página, la hemos empezado en Fleix, y hemos tardado 5 horas en llevarla a cabo, hemos salvado un desnivel de 971 metros y efectivamente nos han salido los 13 kilómetros que en ella se indican.
Ruta subida a wikiloc.
Panorámica de Campell desde el restaurante Cavall Verd. En el monte de detras se aprecia la muralla de Fon tilles
Hemos terminado la ruta en Fleix, en el lugar del inicio y hemos comido en el restaurante Cavall Verd. Desde el mirador del restaurante se ve perfectamente enfrente una larga muralla que se eleva igual que el monte y se adapta a su relieve. ¿Una muralla medieval? ¿Se construyó para separar pueblos rivales? Nada más lejos de la realidad. Se trata de la muralla que rodea a la última leprosería de nuestros tiempos, la de Fontilles. En el interior de esta muralla hay una auténtica ciudad donde destaca el Sanatorio San Francisco de Borja, fundado en 1909.
El Sanatorio abarca unas 70 hectáreas de parajes de gran belleza, espacios mágicos, rincones de paz y tranquilidad, donde la naturaleza se muestra generosa con el residente.

Esto no son cerezas, aunque también están buenas
Desde el punto de vista del programa, la leprosería responde al concepto de una ciudad cerrada, autosuficiente, con la práctica totalidad de los servicios; así, dentro del espacio delimitado por la muralla que la circunda, se abre una ciudad con sus huertas que trata de satisfacer las necesidades de una población peculiar, disponiendo de iglesia, teatro, imprenta, talleres, clínica, cárcel, etc. todo ello disperso entre un entramado de espacios libres.
Esto si que son cerezas, y estaban riquísimas.