Hay una leyenda que dice que el rey moro
Muley Hacén, uno de los últimos reyes de Granada, cansado y hastiado de su trato con los hombres, dispuso que a su fallecimiento fuese enterrado en el lugar más alto, cercano al cielo y alejado de la civilización: en el pico Mulhacén, y de ahí el nombre de la máxima altura de la península ibérica. No obstante, desde entonces fueron muchas las búsquedas y catas que se han realizado en esta montaña para localizar la tumba del monarca y los tesoros que se suponía podía contener, pero nunca ha sido encontrada.
Seguro que hay mucha información en Internet sobre Sierra Nevada, el Mulhacén y las Alpujarras, escenario de la última ruta que hemos hecho quince miembros del grupo Hinneni los pasados días 12 y 13 de junio. Por eso voy a transcribir lo que de estos sitios he encontrado en un antiguo libro de 1921, escrito por Antonio Blázquez y Delgado-Aguilera. No es actual, pero tiene el encanto de describir una región en un lenguaje bonito y agradable, casi poético. Dice así:
Sierra Nevada: desde lo alto de los picachos de Muley Hacén y Veleta, de más de 3.000 metros de altura (Muley Hacén 3.481, y Veleta 3.470), se domina por el S. el horizonte de una distabncia de cerca de 250 kilómetros, hasta las playas de Marruecos, y por el N. hasta Sierra Morena, a unos 160.
Son innumerables las fuentes y arroyos que se desprenden de la sierra, los cuales, uniéndose a medida que van descendiendo, forman multitud de ríos que serpentean en todas direcciones, pero principalmente hacia el N. y hacia el S., por estar la cordillera paralelamente dirigida al ecuador.
Más cerca, sus empinadas cimas dominan varios pueblos y caseríos, y prados siempre verdes y rodean su cumbre las nieves perpetuas a pesar del apacible clima de la campiña inmediata; en el intermedio se ve la costa del Mediterráneo desde el Estrecho de Gibraltar hasta el Cabo de Gata, y al oeste, los llanos de Estepa y los campos sevillanos.
Al pie mismo de la sierra, aparece Granada, la corte de los últimos reyes moros, con sus palacios de admirable labor y su hermosa vega, y en las entrañas del monte, en los barrancos y hondonadas se forman los llamados corrales, en los que se deposita la nieve que jamás desaparece y alimentando las corrientes de agua pura, fresca y cristalina, que luego discurre por los valles y fertilizan los campos.
Su cresta, en general rectilínea, mide cerca de 70 kilómetros desde el cerro de Montenegro, que ocupa el extremo oriental, hasta los últimos descensos por la parte de Alherdín, ensanchándose hacia occidente.
Ente Muley Hacén y Veleta, que distan escasamente 5 kilómetros, se forma el barranco de Porquera, que recoge las aguas siempre heladas de la laguna de Bacares, situada al fondo de un circo majestuoso: barrancos y precipicios dan lugar al valle del Infierno o Valdeinfierno, y al no menos áspero de Trévelez; la laguna de Bacares tiene acantilados y precipicios de 100 metrosen uno de sus lados.
Arriba, la vegetación no existe; algo más abajo hay prados, con plantes de la región N. de Europa; después de algunos bosques y tierras cultivadas en bancales, pues de otro modo sería imposible, tal es la pendiente de sus laderas. Por el lado del mediodía las zonas de vegetación escalonadas por altitudes hacen que a corta distancia se vean perceptibles los cambios de vegetación, y aun se dice de algún pueblo que teniendo una calle en sentido horizontal varía el cultivo de una a otra acera; lo cierto es que ascendiendo o descendiendo por la sierra pueden estudiarse las floras de distintos climas…
Lagunas:
La laguna de las Yeguas es la mayor de todas y está a 2.890 metros. En los años de nieves abundantes, los témpanos de hielo que flotan en sus orillas la hacen verdaderamente imponente, y parece, a la caída de la tarde, un brazo de mar porque su parte occidental se confunde con el cielo: allí nace el río Dilar cuyas aguas descienden por una serie de cascadas de extraordinaria belleza, pues la nieve y el hielo forman bóveda encima de ellas.
En el lago de Veleta hay una casacada de más de 20 metros; las aguas continuan descendiendo de cascada en casacada, sobre escalones que denominan los bazares de Veleta, por medio de los neveros, que persisten aún en los estíos más cálidos.
La Caldera, uno de los más hermosos y mayores lagos de la sierra, extiende su superficie y sus aguas, de maravillosa transparencia, al pié de una muralla (la Loma Pelada, 3.279 metros), que se eleva enfrente de Muley Hacén sobre el borde occidental del paso de Culo de Perro.
Al otro lado están las siete lagunas que alimentan el río de su nombre, rodeadas de grandes bloques. No es posible subir a Sierra Nevada por la muralla vertical que hay hacia Granada; la otra vertiente presenta acceso más fácil hacia la región alta, pero las crestas de los muros transversales obligan a rodeos penosos. Es preferible seguir la cuerda desde la cual descienden las aguas, por un lado al Mediterráneo, y ppor el otro al Océano..
De nevero en nevero y de roca en roca, siguiendo los canchales, se llega al gigante de la Península, el pico de Muley Hacén, que mide 3.481 metros. Su rival el Veleta (3.470 metros), domina al N. el magnífico corral de su nombre, a donde van los vendedores de nieve a proveerse. Desde aquí la vista se extiende más, distinguiéndose el curso de los ríos y las plantaciones de la vega.
Las Alpujarras:
No puede separarse este territorio de la descripción de Sierra Nevada, puesto que no es más que el descenso de dicha sierra hacia el mediodía. Hay en su territorio 18 villas, 37 lugares y 4 aldeas, que están en un espacio de unos 80 kilómetros de largo de E. a O. y a unos 40 de ancho de N. a S. y ocupan parte de las provincias de Granada y Almería.
Su terreno, muy áspero, y doblado en cerros y sierras, forman las de Gádor y Contraviesa. Solo hay un pequeño valle, el de Andarax, por el cual corren varios ríos; el Grande o de Adra y el Guadalfeo son los más importantes.
Sus plantas están bañadas por un mar templado (el Mediterráneo) y su frente ceñida por blanco cendal (Sierra Nevada); de aquí que se ofrezca como una serie escalonada de zonas botánicas, en la que en corto trecho se ven los productos se las zonas tropicales, de las templadas y de las árticas.
Acequias
En las Alpujarras se emplea un método de irrigación típico y original, y aunque no lleva su benéfico influjo a comarcas de gran extensión, merece citarse. Situada Mecina de Bronvarón en el declive oriental de una loma que teniendo su arranque en Sierra Nevada, se dirige hacia el S., para aprovechar el agua procedente de los deshielos de la sierra, sus habitantes, como lo hacen los de otros pueblos de la provincia, abrieron un canal en los ventisqueros, el cual lleva el agua por la cresta de la loma. Pero las fuentes que aprovecharon no son permanentes, ya que precisamente desaparecen en julio, que es cuando más falta hace el agua para riego. No pudiendo construir grandes depósitos, por lo muy costosos que hubieran sido, utilizaron la circunstancia de estar construida la loma por una pizarra muy porosa en la cual predomina la arcilla, pues observaron que el agua que penetraba en las grietas era absorbida rápidamente. Entonces derivaron del canal que conduce el agua, por la parte superior de la loma, otros canales secundarios que terminan en once hondonadas, donde la arcilla empapándose de agua, la conserva y transmite a las capas inferiores, que descansan sobre un lecho impermeable, por el cual resbalan aflorando después en las laderas del monte. De este modo han logrado que el sudor de la peña haya convertido en vergel el campo antes desnudo y estéril.
Bueno, después de esta larga parrafada, comentar que no pudimos coronar el Mulhacén debido al mal tiempo. Algunos que bajaban decían que había en la cima fuertes ventiscas y nevadas y no se veía nada, por lo que acertadamente Roque y Antonio decidieron que no podíamos seguir. Llegamos a los 3100 metros y solo estábamos a una hora larga de la cima. Esta será la excusa para volver en otra ocasión y llegar a la cima que sería nuestro record para muchos de los que íbamos y especialmente para Juanita, así que ¡otra vez será!