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domingo, 20 de diciembre de 2009

Caminando por Santa Ana nevado

Domingo 20 de diciembre. Después de la nevada de hace dos noches que dejó bastante nieve en las cumbres de la parte sur del término, la organización del grupo Hinneni ha cambiado lo que teníamos previsto hacer hoy, la limpieza de la senda de Rambletas, por una paseo por la Sierra de Santa Ana. A la 8:00 de la mañana no veas el frío que hacía. Hemos llegado a Santa Ana con -6º C, pero poco a poco ha ido saliendo el sol quedando al final una espléndida mañana.

Sitios por donde hemos pasado son: Fuente de la Jarra, senda de la Fuente de la Jarra, Puerta de Pepu, collado, Rincón de Santa Ana, Coimbra de la Buitrera, Barranco de los Rulos, la Buitrera, Rambletas, terminando de nuevo en Santa Ana, en la casa de Ana donde hemos tomado una cervecita. ¡Muchas gracias Ana!

viernes, 17 de abril de 2009

Jumilla-Coimbra-Santa Ana-Jumilla

16 de abril de 2009. Una mañana primaveral cien por cien con una luminosidad especial. Se huele a humedad durante toda la ruta debido a las recientes lluvias que han dejado un paisaje vivo, verde y con las flores primaverales.

He procurado tocar el menos asfalto posible por lo que nada más salir de Jumilla por la carretera de Santa Ana, al pasar le circunvalación, tomamos el camino a la izquierda que nos adentra en la huerta jumillana entre las carreteras de Santa Ana y de Cieza.


Al final de este camino, tenemos que cruzar un bancal en dirección a un gran chalet que vemos al frente para llegar a su parte derecha. Cogemos el camino a la derecha que nos lleva a la pista, la cruzamos y a la derecha de un chalet, cogemos un buen camino que nos lleva derecho a las ruinas de Coimbra pasando por un gran embalse de agua que dejamos a la derecha.

Coimbra era un poblado en el que vivían una tribu de íberos y que estuvo habitado desde finales del siglo V a. C. hasta principios del siglo II a. C. y que fue destruido por los romanos. Se encuentra en el cerro del Maestre en la Sierra de Santa Ana de Jumilla. Las ruinas constan de un poblado, y tres necrópolis (La del Barranco, la del Poblado y la de la Senda).
Está estratégicamente situado pues domina las vías de comunicación que pasan por la zona y que son la que enlaza el Valle del segura con el Altiplano a través de la Rambla del Judío, y la que comunica el Valle del Vinalopó con la Mancha.
Estaba rodeado por una muralla cercana a la divisoria de aguas. La puerta de acceso tenía torres y dos casas fortín a cada lado. Dentro de la muralla, las casas se distribuyen en terrazas y las calles van salvando la pendiente sirviendo de desagüe del agua de lluvia.
Construían las casas con un zócalo de piedras al que seguía ladrillos de adobe. Algunas habitaciones estaban enlucidas con barro. Las dependencias principales eran: habitaciones y alacenas; algunas también tenían horno, molino y patio.
La techumbre era de cañas y de ramas recubiertas de barro cocido soportada con postes de madera. También tenían un lugar para hacer el fuego, evidenciadas por zonas quemadas en el suelo.
Recientemente se han hecho algunas actuaciones de consolidación de cimientos de casas y reconstrucción de una pared con ladrillos de adobe. Lástima que se encuentre medio abandonado todo el yacimiento, sin medidas de protección contra los vándalos, no los de antes, sino los de ahora, e incluso los ganados, pues se veían gran cantidad de pisadas de ganado. También sería necesario el mantenimiento para que las malas hierbas no invadan el yacimiento ya que en algunas casas casi no se veían las paredes de lo desarrollada que estaba la hierba. Este yacimiento era para que tuviese una gran actuación de consolidación y reconstrucción de alguna casa para que los estudiantes conocieran el modo de vida de los íberos y fuera este espacio como una zona museística al aire libre. Pero bueno, ya se que con la crisis es muy difícil ocuparse de estos menesteres… ya terminará esta dichosa crisis alguna vez y se podrán destinar dineros a estas cosas tan necesarias para conocer nuestro pasado.

En esta página web podéis conocer muchas cosas sobre este yacimiento arqueológico tan importante de la época ibérica que tenemos en Jumilla:
http://www.um.es/coimbra/

Volviendo a la ruta, una vez visto el poblado tenemos que buscar la senda que nos conduce por la ladera norte del cerro del Maestre en dirección a Santa Ana. Podemos encontrar esta senda nada más empezar los restos del yacimiento por encima de unos riscos. La senda nos lleva a un collado, en el que se encuentra una de las necrópolis y tomando a la derecha descendemos hasta encontrarnos el camino que tomándolo a la derecha nos llevará a las inmediaciones del convento.
Tras las visitas de rigor y de recrearnos en todos sus rincones podemos proceder a realizar la última etapa bajando a Jumilla que yo la he realizado no por la carretera sino por la senda que se toma detrás de la zona recreativa de Santa ana la Vieja hasta que ya no tenemos más remedio que seguir por la carretera. Menos mal que según dicen, con el “Plan E” de Zapatero nos van a arreglar muy pronto la carretera y podremos pasear los peatones, peregrinos y senderistas por un paseo en condiciones desde Jumilla a Santa Ana.

En 4 horas y media he realizado unos 14 kilómetros en una ruta circular con inicio y final en Jumilla.
Mapa de la ruta:

Ver Coimbra en un mapa más grande

domingo, 28 de septiembre de 2008

Incendio en Santa Ana del Monte (Jumilla)

El pasado día 16 de septiembre, martes, cuado estaba andando por Jumilla, al cruzar una de las calles y mirar en dirección Santa Ana, un escalofrío invadió mi cuerpo al ver a lo lejos salir humo del monte.
La preocupación iba en aumento porque en cada bocacalle me paraba para comprobar que el humo no desaparecía, e incluso, iba aumentando. Pasando el tiempo se veían ya los helicópteros descargando agua y con el anochecer, las luces intermitentes de los bomberos.
Al ver que la cosa era seria, fuimos mi yerno y yo a Protección Civil a ver si necesitaban voluntarios para apagar el fuego o para ayudar en lo que fuera. Nos tomaron los teléfonos y nos dijeron que si era necesario ya nos llamarían, cosa que no pasó porque parece ser que pasada la medianoche tenían controlado el fuego.
Mi primera impresión es que el fuego fue provocado ya que con los prismáticos y desde la terraza de mi casa se veía claramente que el fuego se inició en la pista que va hacía el collado de Pinoso.
¿Qué puede pasar por la mente de algunas personas para tan alegremente encender un bosque que es de todos? ¿A quién se le puede pasar por la cabeza pegar fuego a Santa Ana, por lo que representa para todos los jumillanos? ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué no hay un plan de protección del monte de Santa Ana?

Hace ahora 30 años (agosto de 1978) cuando otro devastador incendio, aquel con más de 400 hectáreas quema casi todo el bosque de Santa Ana, incluso su convento. Los medios no son ahora los mismos que entonces, pero si el procedimiento. En aquella ocasión más de 20 focos simultáneos iniciaron el pavoroso incendio, lo que demuestra que tampoco fue cosa de una sola persona. Y yo me pregunto ¿Qué ha sido de los culpables de aquella barbaridad? ¿Qué castigo se les puso? O a caso, ¿ni si quiera se sabe quienes fueron?
Que los culpables de este incendio, el de 2008, tengan un castigo ejemplar y si es necesario que se persone el Ayuntamiento para defender los intereses de todos los Jumillanos. Según el periódico “Jumilla, 7 días” ya se ha localizado a los presuntos autores. Cuatro entre unos 11, ¡Qué casualidad que estos cuatro presuntos sean todos menores de edad! Algo huele mal en todo esto. En este mismo periódico se comenta que ya están en libertad a espera de lo que determine la fiscalía de menores. Pues que se aplique la ley en todo su rigor, no solo con ellos, sino con sus padres si es que son menores.

En este slide podéis ver algunos de los efectos del incendio. Afortunadamente parece que no es mucho, unas 4 hectáreas, pero del bosque más frondoso que quedaba en Santa Ana. Pasarán muchos, muchos años, para que estas cuatro hectáreas queden como los alrededores. Solo nos queda pensar que después de los 30 años del incendio anterior, los pinos que se replantaron tienen una altura de una persona más o menos. Lo que urge ahora es una actuación en la zona que regenere la vegetación lo antes posible. Que no se haga como en el incendio del Carche de hace cuatro años, que lo que se hizo después es esto: ”nada”. Allí están los troncos de los pinos en un caos, todos caídos. No se hizo ninguna labor de repoblación ni de limpieza. Aunque como la naturaleza es sabia, se ven ya algunos pinos que han nacido entre las cenizas.
Aquí en Santa Ana, el terreno tiene mucha inclinación por lo que si no se regenera la cubierta vegetal, la erosión será muy intensa. Me imagino que habrá que limpiar la madera quemada, repoblar con arbustos y plantas de la zona, hacer un seguimiento para reponer, hacer barreras de retención…
¡Qué estas imágenes nos hagan valorar lo que tenemos para poder defenderlo!
Solo queda agradecer a las personas e instituciones que hicieron posible ese día 16 de septiembre que el incendio no fuera a más y quedara reducido solamente 4 hectáreas: Guardia Civil, Protección Civil, voluntarios, bomberos de la localidad y de pueblos cercanos, pilotos de los helicópteros, policía local...

lunes, 22 de octubre de 2007

Senda de Santa Ana (Jumilla)

Hoy os propongo realizar la senda más conocida de Jumilla y la que sin duda es más transitada por jumillanos y forasteros. Se encuentra en la Sierra de Santa Ana, al Sur de Jumilla y a unos 5 kilómetros de la localidad. Esta Sierra, cuya cima tiene 967 metros de altitud sobre el nivel del mar, es además el lugar privilegiado en el que se encuentra el convento de Santa Ana, lugar venerado por todos los jumillanos desde muy antiguo. Ya en agosto de 1573, dos frailes franciscanos de la Reforma Alcantarina toman posesión de la ermita que había a poco más de media legua a las afueras hacia el sur de Jumilla y dedicada a la gloriosa Abuela Santa Ana.
Podríamos escribir mucho sobre este convento, pero simplemente copiaré unas letras de un librito titulado “Colección de todos los versos que se hallan en el Hospicio y Convento de Santa Ana del Monte de Religiosos Franciscanos”, publicado en 1969 y relacionadas con su naturaleza y paisaje:

“Múltiples pensamientos embargan al viajero que visita el monasterio de Santa Ana.
Aquella naturaleza tan espléndida que hace gala de sus preseas vistiendo las abruptas pendientes y mansos replanos de pinos siempre verdes y de innumerables, floridos arbustos, tejiendo a los pies del excursionista vistosa alfombra que lo mismo convida al dulce reposo que al vagar alegre por ancha vía de matices irisados que encantan la vista y regalan al olfato perfumes del paraíso, deja suspenso el ánimo y prepáralo para la gran vida, para la del espíritu, a que le llama presto con su argentina voz la campana del Convento.”

La ruta se hace en unas tres horas, subiendo al Picacho, que no es el punto culminante de la sierra, sino la mole rocosa que queda al costado del Convento en cuya cima hay una gran cruz de hierro colocada el 3 de mayo de 1992.

Es una ruta circular y que se puede hacer en los dos sentidos. Sin embargo, es más fácil de hacer empezando la senda en la Fuente de la Jarra y adentrándote en el monte en lugar de empezar por la pista. Así se hace la subida fuerte al principio y enseguida que se llega al collado ya es casi todo bajada, ya que luego, la subida por la pista es más suave.

Tramos:

1º Fuente de la Jarra-Collado: nos aprovisionaremos de agua en la propia fuente, aunque podremos beber agua también en la Fuente del Rincón de Santa Ana y en la Fuente de la Buitrera. Es el tramo más umbroso y con más bosque de pinos. Subiendo la senda tendremos magníficas vistas del convento, de Jumilla y de las sierras cercanas: Buey, Carche, Molar… Deberemos pasar por la Puerta de Pepú y el Rincón de las Tres Cruces. Ya un pequeño esfuerzo más y llegamos al collado teniendo a la izquierda las antenas (¡No se podrían haber buscado otro monte para poner las antenas!) y a la derecha el Picacho.

2º Subida y bajada al Picacho. Después de descansar un poco en el collado y contemplar el paisaje cogemos la senda de la derecha y subimos sin dificultad al Picacho. Esta no es la máxima altura si la comparamos con la cima de las antenas. Aquella tiene 967 metros y esta tiene 935. Cuidado con llegar hasta la cruz, yo de vosotros no lo intentaría. Desde aquí una felicitación a mi amigo Hilario y otras personas que fueron los que la colocaron aquí el 3 de mayo de 1992. Bajamos por el mismo sitio de nuevo hasta el collado.

3º Collado del Picacho-Collado de la Fuente del Rincón de Santa Ana: ahora bajamos por la solana sin dificultad siguiendo la senda hasta llegar a la rambla del Rincón. Aquí en la rambla me he acordado de mi amigo Luismanuel ya que me he comido unos cuantos higos, fresquitos y muy ricos. Y es que siempre hemos hecho esta ruta en tiempo de higos para almorzar de postres estas exquisitas frutas. Seguimos bajando la rambla hasta que nos encontramos un camino a la derecha y un cartel “Fuente del Rincón” que la encontramos a escasos metros.

Vemos una aljibe primero, pero la fuente esta al pie del monte, detrás de la aljibe en una pequeña gruta. Seguimos y tras una pequeña subida llegamos al collado.





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4º Collado de la Fuente del Rincón-Pista de la Buitrera: nueva bajada por una bonita senda por la solana, pero con más vegetación que la que acabamos de hacer. Al fondo vemos la impresionante Sierra Larga por la que va el camino que los frailes utilizaban para ir al otro convento franciscano que había en Cieza. Bajamos por el llamado “Barranco de los Rulos” ya que veremos enormes piedras de las que según dicen, sacaban los rulos que se utilizaban en las eras para hacer la trilla.


Más adelante iremos viendo la impresionante pared del escarpe rocoso de la Buitrera, a nuestra derecha, donde viven gran cantidad de chovas. Recordar que encima de estas paredes hay una meseta en la que se encuentran los restos de un poblado ibérico bastante importante. Allí arriba se pueden ver montones de piedras de las paredes de las casas, de la muralla y una puerta de entrada al poblado que se conserva bien.



5º Pista hasta el convento pasando por el “Collado Perdido”. Tomamos la pista a la derecha dirección al convento. Enseguida veremos otra fuente, la Fuente de la Buitrera donde podremos beber agua fresca y cristalina. Seguimos la pista y subiendo un poco enseguida llega a ser horizontal. Nos permite ver toda la Cañada del Judío y su importante vega cultivada, así como la Sierra del Molar. Veremos también la casa de Rambletas con una balsa con agua de nacimiento que podremos bajar por un camino a visitarla. Llegados al Collado Perdido, la pista se convierte en carretera y tras un kilómetro escaso llegaremos de nuevo a la Fuente de la Jarra y de nuevo por la umbría, aunque por aquí tenemos los restos del devastador incendio que casi arrasa toda la sierra, creo que en 1.973.