Puntal del Jarral |
Cuatro horas y cuarenta minutos para recorrer 13 kilómetros
por la parte del Carche más espectacular, la umbría o cara norte:
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Subida por el Barranco de la Peña, dejando a la
izquierda la peña del Castelar.
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Llegada al Refugio al pié del alto del Revolcador.
¡Qué buen guía llevamos hoy! |
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Subida por un barranco con mucha inclinación y
duro de pelar justo enfrente del refugio que nos lleva a los cantiles de la
Morra Oscura.
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Llegada al collado del Lastonar.
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Bajada al Pozo de la Nieve.
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Cima del Carche (1372 m).
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Vuelta por la senda de la cuerda hasta el
collado del Pozo de la Nieve.
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Nos adentramos por el camino que sale a la
izquierda en la senda del cerro del Quemado hasta llegar de nuevo a la pista y
el Collado del Lastonar.
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Cogemos el camino a la derecha que lleva a la
senda del Mosquito, pero seguimos rectos al llegar a esta y nos adentramos en
un barranco (Barranco de la Casa de los Carriones), pero nos dirigimos hacia su
ladera expuesta al sol siguiendo los rastros de una senda poco marcada que nos
lleva a los cantiles. Después de ver las vistas espectaculares que desde su
borde nos ofrece el Carche y de aguantar el fuerte viento que se corta en la
pared, seguimos la bajada lo más cerca posible de la cuerda. Estamos en el
Puntal del Jarral.
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Bajamos el Puntal del Jarral hasta el Collado de
Garcés, donde se encuentra el palomar.
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Cogemos la pista hacia la izquierda camino del
refugio.
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Antes del llegar al refugio, en el collado,
bajamos por su parte más baja, rodeando el alto del Revolcador.
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Llegamos a la pista de nuevo y tomamos la
dirección que traemos. A unos 300 metros debemos estar atentos a un gran pino
torcido, pues ahí se coge otra senda que nos lleva por el lateral de la pista
hasta cruzar de nuevo la pista en una curva pronunciada. Seguimos la dirección
que traemos, ya que en la misma curva sigue la senda hasta que nos encontramos
de nuevo con otra pista que nos lleva por la parte norte de la Peña del Castelar
hasta el punto de inicio.
Ya digo, me ha gustado mucho la ruta. Tiene su punto de
dureza. El monte esta húmedo de las pocas lluvias que han caído y el musgo esta
espectacular, con grandes alfombras de verde claro, y el hecho de pasar por
sitios que no conocía, han contribuido a pasar una mañana muy agradable con lo
que nos ofrece la naturaleza y la compañía inmejorable.
(Las fotos no se corresponden con el texto)