jueves, 5 de diciembre de 2013

Los Odres-Los Obispos-Revolcadores

En la cima de los Obispos en día 1 de diciembre de 2013
El día 1 de diciembre hemos hecho con el grupo Hinneni una interesante e intensa ruta por el Macizo de Revolcadores ya que hemos estado andando casi siete horas por la nieve y con un intenso frio a pesar de estar todavía en otoño.

Se trata de una ruta circular con inicio y final en la pedanía de Los Odres, perteneciente al término municipal de Moratalla y situada a nada menos que 1380 metros sobre el nivel del mar, es decir a más altura que la cima de nuestro Carche.

El Macizo de Revolcadores, también llamado Sierra Seca, tiene un relieve cárstico muy peculiar, con numerosas simas, lapiaces y rocas con aristas vivas que hacen dificultoso andar por él si no se utilizan las sendas. Además, las subidas y las bajadas se dificultan con la fuerte inclinación de sus laderas.
Hemos recorrido las tres cimas más importantes del pequeño macizo, tratándose de cimas planas y poco espectaculares aunque las vistas si lo  serían si nos hubiéramos encontrado un día claro, cosa rara en estos lugares ya que en las numerosas veces que lo he visitado, en muy pocas el día permitía ver lejanos horizontes.

RUTA: la hemos empezado como digo en la aldea de Los Odres y hemos empezado la subida por el final del pueblo y por el barranco de la ladera norte del monte de los Odres (1878 metros). En el mapa su nombre es Barranco del Rey. Es fácilmente transitable hasta el Collado del Pino Gordo (1678 metros) ya que forma parte de la travesía entre Inazares y Los Odres. Desde el Collado hemos subido a la cima de nuestra derecha haciendo zigzag entre un buen espesor de nieve. En la cima el viento era infernal y solamente hemos podido permanecer unos instantes.

Nueva bajada al Collado del Pino Gordo y siguiendo un poco hacia la derecha hemos remontado la cima más alta que tenemos al frente monte a través y entre las aristas de las calizas. Este es el terreno más dificultoso. Debemos subir a los más alto por la parte de menos vegetación ya que este punto nos lleva directamente al Majal de la Sima dónde nos encontramos la senda que sube desde Inazares y nos conduce a las otras dos cimas. La niebla es bastante espesa, pero las huellas de la senda hacen que no nos desviemos, así como algunos gps de los compañeros.

En Los Obispos (2014 metros) y Revolcadores (1999 metros) seguimos igual, pero curiosamente sin viento, lo que hace que podamos permanecer en las cimas más relajados pero sin ver más lejos de 30 o 40 metros.

Volvemos sobre nuestros pasos pero ahora nos bajamos a Los Odres por un barranco anterior al que hemos subido para llegar al Collado del Pino Gordo, concretamente, el tercero visto sobre el mapa. La bajada es dificultosa debido a la casi inexistencia de senda y a su fuerte inclinación.
La nieve permanece en los tejados de la aldea de Los Odres

Ruta de gps que nos ha proporcionado nuestro compañero José Díaz:



Enlace a la página: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5725809


martes, 12 de noviembre de 2013

Por los arrozales de Calasparra. Las Juntas, Las Minas, Salmerón

La Juntas (Segura, de frente y Mundo el de la izquierda)
Día 10 de noviembre de 2013. En este día otoñal pero con buen sol en el que los colores brillan con toda su intensidad, tres amigos hemos ido a hacer una ruta en la que poder cargar las pilas con oxígeno puro y con vistas imborrables para afrontar una nueva semana.

Dice mi amigo Juanma que el Segura nace en Pontones y muere en Ojós. Todos sabemos que muere en Guardamar del Segura, pero sí que es cierto que a partir de Ojós, el rio Segura ya no es lo que es por estos lugares, está más humanizado, más esquilmado, la calidad del agua no es la misma y su caudal es mucho más escaso

Por eso estamos decididos a conocer todos sus rincones desde el nacimiento hasta donde el Segura, el antiguo Thader de los romanos, pierde parte de su belleza y su naturaleza salvaje.


Esta ruta, aunque con otro principio y otro final esta descrita en este blog, ya que la realicé en abril del 2009. Aquí podéis ver el relato de aquella excursión entre los confines de Albacete y Murcia,


La ruta tiene justo 25 kilómetros, totalmente llanos por las vegas del Segura y de su hijo, el Mundo. El paisaje en esta época del año es muy vivo, con colores ocres y amarillos otoñales y con el bullir del agua en cada rincón de la ruta, porque dónde no era el Segura, era el Mundo, y donde ninguno de los dos, eran canales y acequias. Los de secano sabemos valorar mucho esto.

Casa en la pedanía de Salmerón (Moratalla)
Hay que decir como crítica que el rincón pintoresco del Cañón de los Almadenes de Hellín o de las Minas está bastante deteriorado, descuidado y sucio. Ni un solo toque de cuidados se ha producido desde la última vez que lo visite hace unos pocos meses. Si Anibal, como dice uno de los paneles abandonados y sucios que hay en el lugar volviera a pasar otra vez por aquí, se moría del susto.


No le vendría mal al alcalde de Hellín hacer caso del pedáneo de Las Minas, Diego, que a sus ochenta años estaba limpiando el camino de acceso al cañón sin pedir nada a cambio. Nos comentó que ha propuesto en varias ocasiones adecentar la zona, habilitar una de las minas abandonadas de azufre para conocimiento de los posibles visitantes y que ahora, el incendio ocurrido hace dos años ha dejado al descubierto numerosos hornos en los que se quemaba el mineral y se obtenía el azufre líquido y en los que Diego trabajó de joven. Según nos contó trabajó en la mina, primero en el fondo, y luego en los hornos, pero prefería la mina, donde según dice se respiraba mejor. Nos cuenta que el ferrocarril que llevaba el mineral a la línea general estuvo funcionando hasta 1931. Hemos visto los muros del puente por el que transcurría esta corta vía hasta la estación de Las Minas. Sin embargo la actividad minera prosiguió hasta 1960, aunque ya sin ferrocarril. En la entrada que he comentado anteriormente hay un enlace a un documento que habla de la historia de estas minas.

La ruta la hemos empezado a dos kilómetros de la estación de Calasparra. Hay que entrar por el desvío a la derecha de la carretera Jumilla-Calasparra, a pocos kilómetros de este pueblo. Hemos ido remontando el Segura por su margen izquierdo entre los arrozales recién segados. Aun quedaban algunas esquinas de los bancales del coto arrocero sin segar. Cuando el río casi toca la vía nos hemos visto obligados a subir hasta ella y caminando por ella con mucho cuidado llegamos hasta una explanada en la que se ven Las Juntas: lugar en el que padre Segura recoge las aguas de su hijo el Mundo, aunque a veces no se sepa cuál es el padre y cuál es el hijo por la cantidad de agua que lleva cada uno.


Seguimos subiendo, ahora por el margen izquierdo del río Mundo, pero más cerca de la vía que del rio, observándose desde lo alto la vega de Las Minas y los colores amarillos y ocres de las choperas. Al llegar a un gran muro que soporta la vía y ver justo debajo un pequeño puente que está sobre el río, bajamos, pasamos el puente y continuamos por el camino. Enseguida nos adentramos hacia el cañón por un camino a la derecha.

Después de hacer algunas fotos y observar el fondo del cañón y su pasarela abandonada, volvemos sobre nuestros pasos hasta la carretera que nos conduce a Las Minas, y después, tras cruzar el Segura, entramos de nuevo en Murcia a la pedanía moratallera de Salmerón. Desde el puente observamos el pitón volcánico que hay detrás de Salmerón. Supongo que es la misma zona volcánica a la que pertenece el pitón volcánico de Cancaríx, y los restos volcánicos de la Celia jumillana.

A partir de Salmerón seguimos a la izquierda por el camino que sin dejarlo en ningún momento y tras 8,36 km desde Salmerón nos conduce de nuevo hasta el puente que llega al punto de inicio. Antes, a los 3,4 km de Salmerón llegaremos a las Juntas, pero ahora por el margen derecho del Segura. Descripción del pitón volcánico de Salmerón:


Interesante artículo sobre el arroz de Calasparra y su historia.



sábado, 9 de noviembre de 2013

Planet Earth

Sencillamente espectacular. Los alumnos deberían de ver este video todos los días.

martes, 1 de octubre de 2013

Paseo por las playas y calas de CALBLANQUE

Cala de los Déntoles
Día 21 de septiembre de 2013. A pocas horas de que empiece el otoño, un grupo de 13 jumillanos hemos bajado a hacer una ruta con los senderistas cartageneros, cuyo guía, Manuel, nos ha hecho una ruta tranquila y apacible por el paraje de Calblanque.
Cala Reona (inicio de la ruta)
Esta costa virgen forma parte del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, parque situado en el sureste de la Región de Murcia. Los límites de la costa del parque se encuentran entre el paraje de Cala Reona, en Cabo de Palos hasta la bahía de Portmán, en total 13 kilómetros de costa sorprendente y espectacular en la que no se atisban restos de humanidad salvo los caminantes y los bañistas.
Hacia el interior, el parque se adentra hasta la población de Llano del Beal, la Sierra de Atamaría y la carretera de acceso a la Manga.
Medio físico: el eje principal del parque es la Sierra Minera de Cartagena-La Unión cuyo punto más elevado es el de la Peña del Águila (387 metros). La sierra es el extremo oriental de las cordilleras Béticas, con relieves calizos interiores y materiales metamórficos (pizarras) más cerca de la costa formando impresionantes acantilados.
Duna fósil
En Calblanque, la costa se abre en una amplia depresión litoral con playas de arena, un cordón dunar y dunas fósiles. Destacan las dunas fósiles que forman un continuo rocoso de color claro entre el mar y la depresión de las Salinas del Rasall. Se formaron hace aproximadamente 70.000 años cuando el nivel del mar era mucho más alto que al actual; un mar cálido y poco profundo en el que las arenas litorales quedaron agregadas por materiales calcáreos procedentes de animales marinos.
Playa de Calblanque
Cuando el mal se retiró, esta formación quedó sometida a una intensa erosión creando formas accidentadas que podemos observar como los bufaderos, que son agujeros en la roca por los que resopla el mar con el oleaje.
Salinas del Rasall
Detrás de esta singular formación sedimentaria, modelada por la erosión litoral, aparece una cuenca cerrada con unas pequeñas salinas, las comentadas Salinas del Rasall, vestigio de dos antiguas lagunas.
Vegetación: la flora del parque es extraordinariamente rica y sorprende su gran variedad en un medio tan árido. Incluye muchos endemismos del sureste de España y del norte de África. Destacan las poblaciones de sabina mora o Araar, una reliquia vegetal de la era terciaria única en Europa y diversos tipos de matorrales costeros adaptados a la aridez.
Palmito con sus frutos
Entre los matorrales destacan los de la zona esteparia, dominados por palmitos, esparto, romero, cornical y aliaga.
Vegetación en la duna fósil
Llama la atención la vegetación que se incrusta entre los huecos de la duna fósil, vegetación típicamente rupícola, adaptadas al sustrato rocoso. Han de crecer en grietas y fisuras haciendo frente a una gran escasez de agua dulce y de suelo, así como al azote constante del viento marino cargado de partículas de sal.
Algunas de estas plantas son carnosas como el hinojo marino, o rastreras como la margarita de mar. Otras tienen glándulas que expulsan el exceso de sal como las siemprevivas.
Lirio de mar
Toda esta vegetación reverdecía con un color verde vivo después de las recientes lluvias que han caído por la zona. Como consecuencia de ella hemos podido ver numerosos lirios de mar en los arenales que preceden a la duna fósil en plena floración.
 Fauna: Estos arenales mantienen una variada y rica fauna que se refugian entre los densos grupos de palmitos. Son abundantes los insectos. También abundan los reptiles: lagartija colirroja, lagarto ocelado y culebras; y las aves, tanto las propias de matorral (currucas, tarabillas, mirlo) como las de zonas abiertas (cogujadas, collalbas, alcaraván…). Las palmeras secas muestran los orificios perforados por el Pito Real que instala sus nidos en ellas. Entre las aves marinas destaca la gaviota de audouin, frecuente en las salinas del Rasall, donde también recalan tarros blancos, avocetas, cigüeñuelas, chorlitejos patinegros y otros limícolos. Ocasionalmente se observan flamencos. Algunas especies de mamíferos como el conejo, el zorro y tejón también son frecuentes.
RUTA: La ruta no es ni muy larga (alrededor de 13 kilómetros) ni complicada ya que predominan las partes llanas. Discurre por el sendero de gran recorrido GR-92, sobre todo en la parte de la costa.
La hemos empezado en la Playa de Cala Reona, cerca de Cabo de Palos. Hemos tomado dirección oeste por una senda que va por media ladera de la montaña pizarrosa que se asoma al mar con bonitos acantilados (El Atalayón). Hemos pasado por numerosos pozos de minas hasta que hemos llegado al Mirador de Punta Negra, en el que hemos descansado y donde José María ha hecho algunas fotos al numeroso grupo de senderistas. Desde aquí podemos ver las tres playas primeras de Calblanque: la primera cala se llama Cala Magre, la segunda Cala Arturo y la tercera, la más grande, la playa de Calnegre propiamente dicha. También vemos las salinas del Rasall y al fondo, la máxima elevación: Peña del Águila.

Hemos continuado por la senda adentrándonos en el barranco colindante con el mirador, pero en lugar de seguir por la costa hemos seguido hacia el interior. Al llegar a una zona con restos de cultivos abandonados más recientes, en un cruce de caminos, divisamos en dirección oeste una pequeña casa precedida de un bonito pino aislado. Se trata de la Casa de las Ratoneras, donde hemos almorzado. Es el punto kilométrico 4,5 de nuestra caminata.
Hacia el Cortijo de la Ratonera
Después de descansar hemos empezado a bajar por una suave senda en dirección a las Salinas del Rasall. El mirador de las aves es 5,8 kilómetros. Aun hemos seguido avanzando por el camino en dirección oeste hasta llegar a la duna fósil junto al mar (kilómetro 7). Allí volvemos en dirección al inicio de nuestra ruta, en esta ocasión por la costa, pasando por las tres playas que he comentado más arriba. Hemos seguido avanzando en busca de una recoleta cala, la Cala de los Déntoles, donde algunos y algunas se han dado un buenísimo baño, y otros nos hemos conformado con mojarnos solo las piernas. A partir de este punto y después del relajante baño en esta playa casi caribeña, hemos seguido la senda que nos lleva al punto de inicio, Cala Reona.
Cornical





En este enlace podréis ver unas fotos espectaculares de Calblanque de la página www.360cities.net. Son fotos en 360 grados y que puedes ir pasando de unas a otras haciendo clic en las flechas de dirección que salen en la foto. Pon la pantalla completa y disfruta.

martes, 28 de mayo de 2013

Circular Sierra de la Sagra (Collado de las Víboras-Bosque Vertical)

Primeros pinos laricios del Bosque Vertical
Día 19 de mayo de 2013. Hoy ha sido un día especial ya que he realizado una de las rutas más interesantes y bonitas desde que practico el senderismo. El club Hinneni tenía programado para este día la subida a la Sagra. Esta primavera rara y fresca nos iba asustando cada vez más conforme nos acercábamos a nuestro destino. El termómetro cada vez bajaba más. En el punto de inicio se quedó clavado en 2 grados y nevando. No quiero pensar la temperatura que debe de hacer a 2381 metros, la cima de nuestro objetivo.

El punto de partida es un cortijo que hay al poco de pasar el restaurante de los Collados de la Sagra, a mano derecha de la carretera. Desde allí, hemos subido unos metros por la carretera en dirección al restaurante hasta que la cerca nos ha dejado adentrarnos a la derecha de la carretera para volver a la altura de donde hemos dejado los coches y coger el camino que nos va subiendo poco a poco hacia la montaña. Vamos tomando en varios cruces de sendas hacia la izquierda ya que vamos en dirección al Collado de las Víboras (1851 metros). Allí encontramos las primeras manchas de nieve que se van haciendo poco a poco más compactas y con más espesor. A partir del collado seguimos la ruta que va por la cuerda, siempre subiendo. Viendo las fotos parece como si estuviéramos en el Himalaya o yo que sé lugar recóndito y olvidado del mundo. Nadie diría que estamos en una montaña media del sur de España y menos que estamos en la segunda quincena de mayo. Es impresionante pisar por nieve virgen por primera vez, los pies se clavan en la nieve primavera y es característico el sonido de las botas al aplastar la nieve.

El almuerzo lo debemos hacer en un resel del viento, pero rodeados de nieve. No nos podemos demorar mucho ya que nos quedamos helados. Seguimos la ruta y pronto encontramos la Pedrera y el Embudo que en cuesta impetuosa se desprende hacia abajo los pocos metros que la nieve y la niebla nos permiten ver. Debemos llevar cuidado de no separarnos para que nadie se quede perdido.

En la cima tenemos suerte ya que no hace aire, y el frio se soporta con la emoción. Nuestro guía, Roque, nos aventura todavía más y decide bajarnos por el Bosque Vertical, por lo que seguimos por la cumbre en dirección oeste en busca de la Sagra Chica. En cuanto llegamos a los primeros pinos, a unos 2000 metros de altura, quedamos admirados por la belleza de la nieve pegada en todas sus hojas y todas sus ramas que hacen de los pinos esculturas espectrales, de una belleza sin igual. No nos cansamos de hacer fotos y de observar estos imponentes pinos laricios (pinus nigra) con su majestuoso pijama.

Es la primera vez que paso por el Bosque Vertical y es impresionante ver los pinos en esta cuesta sin fin superpronunciada. El día contribuye ya que al poco de bajar de la cima se despeja y podemos ver en la lejanía las cumbres nevadas.

No describo los hitos por los que pasamos porque el jaleo de sendas y caminos que hay en el piedemonte puede hacer que me equivoque. Debemos buscar un cortijo muy bien arreglado en una pradera y coger el camino que hay delante de él hacia la derecha para ir bordeando la sierra por la umbría en dirección al punto de inicio.

Hemos tardado 6 horas de caminata y hemos hecho alrededor de 20 kilómetros, que no nos han cansado ya que ha sido muy amena. ¡Bueno, los dos o tres días posteriores si que había algunas agujetas en los muslos!
Otras rutas del blog sobre la Sagra:
La Sierra de la Sagra con el Portazgo
Segunda subida a la Sagra
Deterioro del Embudo.- Sierra de la Sagra” (Debería poner deterioro de la Pedrera).

viernes, 22 de febrero de 2013

Sierra de las Grajas (Jumilla)


EN el centro y al final, Cueva del Peliciego
 Día 17 de febrero de 2013. El grupo Hinneni ha realizado en este día una bonita ruta por la Sierra de las Grajas. Calificada como de dificultad “alta”, ha hecho que no fuésemos muchos los participantes, pero la dificultad ha sido compensada por las vistas, por la Cueva del Peliciego, la cueva del Peligro, la impresionante cresta de la sierra…

Hemos empezado a andar en la pedanía jumillana de La Alqueria, a escasos kilómetros de Jumilla, en la carretera hacia Yecla. Por su calle principal nos dirigimos hacia el oeste buscando las faldas de la sierra. Debemos subir por esta ladera, la Solana de la Alquería. Al final de la calle tomamos a la derecha un camino que nos lleva a un pequeño monte que dejamos a nuestra izquierda.

Vamos viendo ya en la parte alta de la sierra la cueva del Peliciego o de los Murceguillos. Se distingue por una gran piedra que hay en su entrada. Empezamos a subir por el barranco que está justo antes del que está la cueva por la parte más profunda del barranco, con muchos trozos de roca viva salvando una gran altura en poco terreno.

A media altura pasamos al barranco de la cueva, nuestro primer destino de la ruta. Las vistas hacia el sur se quedan ocultas por la espesa niebla aunque en esta zona se va a aclarando ya. Por fin llegamos a la cueva, vemos sus pinturas, bueno, lo que queda de ellas, protegidas por una reja, pero que se encuentra abierta. ¡No sé para qué tanto esfuerzo en subir hasta aquí estos hierros!

Al fondo, Peñarrubia; delante, Monte del Estudiante

CUEVA DEL PELICIEGO:

El profesor J. Fortea Pérez, en su trabajo titulado “Las pinturas rupestres de la cueva del Peliciego o de los Morceguillos” (1974) dice que estas pinturas no son gran cosa, pero sus fases y estilos pictóricos se integran dentro del arte esquemático levantino, encuadrado entre el final del Neolítico y el principio de la Edad de Bronce. Este investigador distingue 14 figuras: tres de ellas humanas, aunque dos de ellas solamente se representa la parte inferior, una cabra, un ciervo, siete équidos estilizados y dos manchas de color de difícil interpretación. Don Jerónimo Molina comenta en su “Carta Arqueológica de Jumilla” que la técnica empleada es la tinta plana y en dos figuras concretas se aprecia el procedimiento previo de perfilar la silueta con una línea fina para después rellenar de color. Según estos autores se trata de una posible temática de carácter mágico: la representación de un ganado doméstico (por el hecho de que todos los animales miren hacia el mismo lado) y de unas divinidades que parecen tener relación con la misma ganadería (representadas por las dos medias figuras humanas que se apoyan sobre los lomos de los cuadrúpedos).

Choca que estas pinturas fuesen declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 y se encuentren en este estado tan lamentable. La prioridad máxima es conseguir la conservación de las pinturas y su entorno, así como su puesta en valor, para que el público visitante aprecie su valía y necesidad de protección. Cerca de este yacimiento se encuentra el cercano de los abrigos del Buen Aire, algo mejor conservadas.

Además de las pinturas, la cueva constituye un yacimiento en el que se han encontrado diverso material de varias épocas. Cabe destacar media piedra de molino, lascas, cerámicas lisas, acanaladas, pintadas y terra sigillata, así como huesos humanos.
La cueva tiene un desarrollo longitudinal de 75 metros
Peñarrubia
Desde la cueva seguimos hacia la cima, para lo cual salimos en dirección este, a la misma altura, para hacer un zig-zag buscando un paso un poquillo complicado. Lo distinguiremos porque tiene una gran piedra justo en el paso, en posición horizontal, encajada en el cauce. Una vez salvado enseguida estamos en la cima de la sierra. Su altitud sobre el nivel del mar es de 869 metros. Damos vista hacia el norte, teniendo justo enfrente y a escasos metros las paredes de la Peñarrubia, y entre ésta y la cima en la que nos encontramos el pequeño monte del Estudiante. Los lugareños dicen que es una cagada de un gigante que puso sus pies, uno en la Pañarrubia y otro en las Grajas, siendo el Estudiante el resultado de su ocurrencia escatológica. Más a la derecha vemos la Sierra de la Cingla envuelta en una suave niebla. Nos acercamos hacia el oeste para llegar al mismo borde, justo encima de la carretera de Jumilla-Fuente Álamo. En el borde la pared vemos varios tornillos empotrados en la roca pertenecientes a las numerosas vías de escalada que a esta altura tienen su fin. La pared, en algunos tramos tiene más de 130 metros de altura. Después volvemos hacia el este por toda la cresta de la sierra y en una suave bajada pero por terreno abrupto y roca viva y suelta. Algunos restos de pequeños lapiaces van horadando la caliza. Fruto de ello es la gruta o sima del Peligro que encontramos enseguida. Tiene dos aberturas, una encima, más grande pero de difícil acceso y otra más pequeña, pero que permite una entrada más o menos accesible encajonados entre las rocas. Una vez dentro de la sala podemos ver una higuera y una curiosa planta que nace de la roca viva. Tiene un balcón hacia la parte de la umbría pero con una cuesta no aconsejable bajarla. En definitiva, una curiosa formación de la que yo desconocía su existencia.
Cueva del Peligro
Después de almorzar en la entrada de esta curiosa sima, seguimos bajando hasta encontrar los cultivos. Llegamos a un camino que nos saca del Barranco del Bonaire y nos acerca al punto de inicio en La Alquería. La ruta no ha sido muy larga, pero sí interesante y entretenida. El tiempo empleado ha sido de tres horas. El desnivel 269 metros.
Cueva del Peligro
Erosión en la Cueva del Peligro