El día 8 de junio he realizado una impresionante excursión con otros once miembros del grupo Hinneni por estos parajes que han “calado” muy hondo en mí. Ya había realizado algunas rutas por el nacimiento del río Mundo, pero nunca había subido al Calar.
Se puede decir que han sido dos excursiones en una por la diversidad tan grande que hay entre la parte baja de la montaña y sus cumbres, debido a la diferencia de altitud y a la formación caliza del Calar.
Este territorio forma parte del Parque Natural “Calares del Mundo y de la Sima”, en la Sierra de Alcaraz. El Calar del Mundo es una inmensa masa caliza que ronda los 1700 metros de altura en sus máximas altitudes. Algo parecido a una esponja donde se almacena el agua de lluvia y de la nieve y que se derrama espectacularmente por la Cueva de los Chorros del río Mundo, aunque también aflora por multitud de fuentes y arroyos. Predominan las cavidades, grietas, simas, cantiles, roquedos… y formaciones kartsticas con dolinas, poljés, lapiaz… Se trata de un paisaje duro y extremo, solitario y grandioso que cautiva a los que nos adentramos en sus rincones.
Hemos empezado la ruta en la Fuente de la Guitarra a la que se accede por la carretera de Hellín a Riópar. A unos 6 kilómetros antes de llegar a Riópar hay un desvío a la derecha que pone Mesones. Nosotros tomamos, justo enfrente, a la izquierda una pista que tras unos dos kilómetros nos lleva a la Fuente. Una vez que empezamos a andar vamos oyendo sin parar el agua cantarina del arroyo de la Celada. Seguimos la pista, cogiendo siempre a la derecha, y nos desviamos, también a la derecha por un camino que nos adentra en un valle en un entorno húmedo y pletórico de vegetación que nos hace recordar otras latitudes más al norte. Pasamos por las inmediaciones del Cortijo de Segundo y seguimos ascendiendo en suave pendiente. Vemos un pino en el que hay un cartel: a la izquierda, Balcón de Pilatos, y a la derecha, El Tejo. Por esta última bajaremos a la tarde, por lo que seguimos la indicación del Balcón de Pilatos. Cuando vemos una peña con un hueco nos vamos acercando a un collado que da vistas al valle de Tus y a la Aldea de las Quebradas. Seguimos la senda a la derecha bordeando el Balcón de Pilatos y al llegar a otro collado, nos dirigimos a la peña donde damos buena cuenta del almuerzo. Vemos enfrente el famoso tejo milenario en el que comeremos.
Continuamos la ascensión ya con el paisaje totalmente cambiado por efecto de la altura y nos vamos adentrando poco a poco en el Calar. Primero llegamos al Cerro de los Tornajos de 1675 metros y después al del Argel, de 1694 metros y máxima altura del Calar.
Ahora vemos descendiendo en busca de un bosque de pinos y un camino para cogerlo a la izquierda y llegar hasta el Pozo de las Bombas, donde vemos el agua manar entre las piedras y surgir, como una gran acequia hasta que se vuelve a perder en una sima.
Seguimos ahora el camino en dirección contraria en busca del tejo en el que pensamos comer, aunque nos cuesta un poco encontrarlo. Antes de localizarlo vemos una cavidad o dolina en la que vemos dos impresionantes tejos. Tenemos que buscar un nuevo camino que nos conduce al otro tejo que buscamos y nos orientamos por el balcón de Pilatos que debemos tener al frente. Al fin lo vemos, y tras las inevitables fotos nos disponemos a comer.
EL TEJO: (Taxus baccata) es un árbol de follaje espeso y muy oscuro. Tiene copa piramidal que contiene sustancias tóxicas en todas sus órganos excepto en la cubierta carnosa de la semilla.
Tal vez por ello, es un árbol asociado con la muerte desde la antigüedad. Dice Roque González que el motivo de su escasez es que los pastores, para evitar que las cabras se coman sus hojas, los han ido esquilmando para evitar la muerte de su ganado.
Este precioso tejo esta en una pequeña uvala (depresión de forma ovalada y contornos sinuosos, propia de zonas cársticas, originada por la fusión de dolinas. La unión de varias uvalas forma un polje), mirando hacia el barranco de la Celada, justo enfrente del Balcón de Pilatos.
Una vez que hemos comido mirando este hermoso ejemplar hemos bajado por la senda del barranco de la Celada, una senda bastante empinada, en la que vamos apreciando la diversidad de flora de estas montañas: encinas, quejigos, arces, serbales… y los matorrales, arbustos y hierbas, entre las que destaca una flor bastante grande, de color rosado, la rosa de la montaña. Su nombre exacto es peonía (Paeonia suffruticosa). Llegamos al camino que hicimos en la subida y el cortijo de Segundo, el nuevo camino, la pista y de nuevo a la Fuente de la Guitarra.
Peonía:
Además de la decoración y del uso puramente estético, la peonia lleva desde hace mucho tiempo formando parte de investigaciones médicas. La herencia de la medicina china llega a occidente y son numerosos los laboratorios que experimentan con las diferentes cualidades de esta flor. Entre sus propiedades se cuentan las de antitusivo, sedante, antiepiléptico, antigotoso, laxo-purgante, emético y antiespasmódico.
También fue utilizada como droga en tiempos antiguos, aprovechándose desde las raíces hasta las semillas y, por supuesto, la flor, resultando sus pétalos muy recurrentes en la elaboración de infusiones. Evidentemente, no debemos considerar a la peonia como una panacea puesto que sus acciones en el organismo no han sido del todo desarrolladas y se sospecha de elementos tóxicos que pueden desembocar en vómitos, diarrea e incluso cólicos cuando la posología es oral. Ahora bien, existen preparados naturales en forma de gel a nivel tópico que pueden reducir las varices, cicatrizar las heridas y aliviar las piernas cansadas.
En el lenguaje de las flores, peonía, significa “veracidad”.
Según Ginés Toral y los datos de su GPS, hemos hecho 20 kilómetros de ruta, 900 metros de desnivel y unas siete horas de marcha contando el almuerzo y la comida, ¡no está mal!
Se puede decir que han sido dos excursiones en una por la diversidad tan grande que hay entre la parte baja de la montaña y sus cumbres, debido a la diferencia de altitud y a la formación caliza del Calar.
Este territorio forma parte del Parque Natural “Calares del Mundo y de la Sima”, en la Sierra de Alcaraz. El Calar del Mundo es una inmensa masa caliza que ronda los 1700 metros de altura en sus máximas altitudes. Algo parecido a una esponja donde se almacena el agua de lluvia y de la nieve y que se derrama espectacularmente por la Cueva de los Chorros del río Mundo, aunque también aflora por multitud de fuentes y arroyos. Predominan las cavidades, grietas, simas, cantiles, roquedos… y formaciones kartsticas con dolinas, poljés, lapiaz… Se trata de un paisaje duro y extremo, solitario y grandioso que cautiva a los que nos adentramos en sus rincones.
Hemos empezado la ruta en la Fuente de la Guitarra a la que se accede por la carretera de Hellín a Riópar. A unos 6 kilómetros antes de llegar a Riópar hay un desvío a la derecha que pone Mesones. Nosotros tomamos, justo enfrente, a la izquierda una pista que tras unos dos kilómetros nos lleva a la Fuente. Una vez que empezamos a andar vamos oyendo sin parar el agua cantarina del arroyo de la Celada. Seguimos la pista, cogiendo siempre a la derecha, y nos desviamos, también a la derecha por un camino que nos adentra en un valle en un entorno húmedo y pletórico de vegetación que nos hace recordar otras latitudes más al norte. Pasamos por las inmediaciones del Cortijo de Segundo y seguimos ascendiendo en suave pendiente. Vemos un pino en el que hay un cartel: a la izquierda, Balcón de Pilatos, y a la derecha, El Tejo. Por esta última bajaremos a la tarde, por lo que seguimos la indicación del Balcón de Pilatos. Cuando vemos una peña con un hueco nos vamos acercando a un collado que da vistas al valle de Tus y a la Aldea de las Quebradas. Seguimos la senda a la derecha bordeando el Balcón de Pilatos y al llegar a otro collado, nos dirigimos a la peña donde damos buena cuenta del almuerzo. Vemos enfrente el famoso tejo milenario en el que comeremos.
Continuamos la ascensión ya con el paisaje totalmente cambiado por efecto de la altura y nos vamos adentrando poco a poco en el Calar. Primero llegamos al Cerro de los Tornajos de 1675 metros y después al del Argel, de 1694 metros y máxima altura del Calar.
Ahora vemos descendiendo en busca de un bosque de pinos y un camino para cogerlo a la izquierda y llegar hasta el Pozo de las Bombas, donde vemos el agua manar entre las piedras y surgir, como una gran acequia hasta que se vuelve a perder en una sima.
Seguimos ahora el camino en dirección contraria en busca del tejo en el que pensamos comer, aunque nos cuesta un poco encontrarlo. Antes de localizarlo vemos una cavidad o dolina en la que vemos dos impresionantes tejos. Tenemos que buscar un nuevo camino que nos conduce al otro tejo que buscamos y nos orientamos por el balcón de Pilatos que debemos tener al frente. Al fin lo vemos, y tras las inevitables fotos nos disponemos a comer.
EL TEJO: (Taxus baccata) es un árbol de follaje espeso y muy oscuro. Tiene copa piramidal que contiene sustancias tóxicas en todas sus órganos excepto en la cubierta carnosa de la semilla.
Tal vez por ello, es un árbol asociado con la muerte desde la antigüedad. Dice Roque González que el motivo de su escasez es que los pastores, para evitar que las cabras se coman sus hojas, los han ido esquilmando para evitar la muerte de su ganado.
Este precioso tejo esta en una pequeña uvala (depresión de forma ovalada y contornos sinuosos, propia de zonas cársticas, originada por la fusión de dolinas. La unión de varias uvalas forma un polje), mirando hacia el barranco de la Celada, justo enfrente del Balcón de Pilatos.
Una vez que hemos comido mirando este hermoso ejemplar hemos bajado por la senda del barranco de la Celada, una senda bastante empinada, en la que vamos apreciando la diversidad de flora de estas montañas: encinas, quejigos, arces, serbales… y los matorrales, arbustos y hierbas, entre las que destaca una flor bastante grande, de color rosado, la rosa de la montaña. Su nombre exacto es peonía (Paeonia suffruticosa). Llegamos al camino que hicimos en la subida y el cortijo de Segundo, el nuevo camino, la pista y de nuevo a la Fuente de la Guitarra.
Peonía:
Además de la decoración y del uso puramente estético, la peonia lleva desde hace mucho tiempo formando parte de investigaciones médicas. La herencia de la medicina china llega a occidente y son numerosos los laboratorios que experimentan con las diferentes cualidades de esta flor. Entre sus propiedades se cuentan las de antitusivo, sedante, antiepiléptico, antigotoso, laxo-purgante, emético y antiespasmódico.
También fue utilizada como droga en tiempos antiguos, aprovechándose desde las raíces hasta las semillas y, por supuesto, la flor, resultando sus pétalos muy recurrentes en la elaboración de infusiones. Evidentemente, no debemos considerar a la peonia como una panacea puesto que sus acciones en el organismo no han sido del todo desarrolladas y se sospecha de elementos tóxicos que pueden desembocar en vómitos, diarrea e incluso cólicos cuando la posología es oral. Ahora bien, existen preparados naturales en forma de gel a nivel tópico que pueden reducir las varices, cicatrizar las heridas y aliviar las piernas cansadas.
En el lenguaje de las flores, peonía, significa “veracidad”.
Según Ginés Toral y los datos de su GPS, hemos hecho 20 kilómetros de ruta, 900 metros de desnivel y unas siete horas de marcha contando el almuerzo y la comida, ¡no está mal!
1 comentario:
Muy chulas las fotos.
Si quereis dar un vistazo a mi blog
dejo la dirección
Fotos de España 1
Fotos de castilla y León Asturias y Galicia. Tardare mucho tienpo en terminarlo
http://albertsolerd.blogspot.com
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