El Mugrón por la umbría. Al fondo, la cima |
Día 17 de abril de 2016. El grupo Hinneni se ha desplazado
hoy a tierras manchega y valencianas para realizar esta interesantísima ruta
por el imponente Mugrón.
La ruta la hemos empezado
por la umbría, es decir, por la parte que da a Alpera, municipio
albacetense a unos 20 kilómetros de Almansa. Desde Alpera debemos buscar las
indicaciones de “poblado ibérico”, primero por una carretera provincial, y
después, justo en un bancal de paulonias, por pista y caminos que nos llevan al
aparcamiento.
El aparcamiento se encuentra a los pies del poblado ibérico
de Castellar de Meca, pero primero hay que hacer un recorrido por la sierra
para conocer sus interesantes rincones, y un agradable paisaje, junto a las
impresionantes vistas del valle de Ayora una vez que se sube a la cresta de la
sierra.
La ruta tiene comienzo en el aparcamiento, de aquí, en
dirección sur, iremos bordeando el Puntal
de Mediodía buscando la casa del Heredero. Cuidado porque vamos por fincas
privadas por las que no podemos pasar.
De hecho, para evitar pasar por delante de la casa, se recomienda ir por el pie
del monte. Además la visita a estos lugares privados solamente está autorizada
los domingos. Nos vamos adentrando en el interior de la sierra camino del
Rincón de San Pascual, lugar misterioso parecido
al que todos conocemos, el monte Arabí. El Rincón de San Pascual |
Una vez se vislumbra el arco, nos dirigimos, primero a los
pies del paredón que tenemos a nuestra izquierda, en el cual vamos a ver la
Cueva de San Pascual. Esta cueva que serviría de cobijo a los habitantes de estos lugares, también
está relacionada con los rituales que se realizarían en este sitio tan
misterioso. En el acceso tiene hasta unos escalones labrados en la época. Se
trata de una gran oquedad, ennegrecida por el humo de infinidad de fogatas, y
con un pequeño manantial que vierte sus aguas en una poceta excavada para su
retención.
Desde la cueva, bajamos al Arco de San Pascual, que tenemos
justo enfrente. Según la información proporcionada por nuestro guía, Juan
Antonio, el Rincón de San Pascual está situado a 980 msnm. Está cerrado por
varios cordales rocosos que se
desprenden de la gran espina dorsal pétrea del Mugrón. En los cerros que los
rodean se abren bocas de varias cuevas y
abrigos que seguro que estuvieron habitadas en época prehistórica, y que
posteriormente, con el paso de los siglos, se establecieron en la meseta en la
que se encuentra Meca.
“En el centro de este pequeño valle se alza el fantástico
mogote rocoso conocido como Arco de San Pascual, fabuloso dolmen natural
cárstico con figura de quimérico animal
antediluviano –dinosaurio o galápago- que hubiese quedado allí petrificado, no
ahogado o congelado por algún brusco
cambio climatológico, sino por el encantamiento de alguno de los brujos
que adornaban con dibujos las cuevas y abrigos del contorno.
Entre las patas del fantástico ser, grabados en la roca viva
del basamento natural, pueden verse unos petroglifos antropomorfos masculinos y
femeninos, pocetas, canalillos en torno a una poza mayor, dispuestos de tal
forma que cualquier líquido derramado en ellos vertía en la poza mayor”... “estos grabados quizá se utilizaban para ritos de matrimonio y fecundación humanos para proporcionar la
procreación y la abundancia de vida en las personas y la naturaleza” (José Soler
Carnicer: “El mágico arco de san Pascual en Ayora”).
Dejamos atrás el Rincón de San Pascual, por cierto, tiene este
nombre en honor a San Pascual Bailón que anduvo predicando por estos lares y que según se cuenta, gustaba de venir a
este rincón a practicar la oración en completa comunión con la naturaleza. Nos
dirigimos por el barranco frente al arco de la derecha. La senda nos lleva con
poco esfuerzo hasta la cresta del Mugrón en el que damos vistas a un amplio
valle con ricas tierras de cultivos de cereales y vid. Al fondo, Almansa y
enfrente la Sierra de Almansa. Tomamos dirección norte, a la izquierda según
hemos subido y vamos contemplando las hermosas vistas desde esta posición
privilegiada, teniendo a nuestra derecha una gran pared inexpugnable. En una de estas asomadas vemos “El ojo de la Cresta”, otro capricho de la erosión que ha horadado la roca caliza. Giramos hacia el oeste conforma hace un ángulo recto la cresta. Poco más adelante vemos en el llano la aldea de San Benito. Justo toda la hondonada se convierte en ocasiones en una gran laguna, que en estos momentos está seca y su fondo es ocupado por cultivos. “Se trata de una laguna de carácter ahora temporal, pero que tiempo ha, fue permanente. A principios del siglo XIX fue cuando se desaguó mediante un sistema de canalización, pues el agua estancada era un foco de paludismo, o al menos eso refieren algunos estudios consultados. Aunque por otra parte confería a la zona una riqueza faunística propia, imaginaos un pequeño espacio de tierra fértil que contrastaba con el secano colindante y donde las aves migratorias encontraban reposo y avituallamiento en su largo camino” (www.enunlugardelvalle.com).
Observamos la amplia meseta que hay en esta cima llena de
matorral y nos dirigimos ya hacia Castellar de Meca que enseguida se vislumbra
entre Alpera y el Mugrón.
Debemos ir atentos, ya que debemos bajar por unas señales de
recorrido local para colocarnos a la misma altura que el poblado y acceder al
mismo por un estrecho istmo que comunica el Mugrón con Meca. Esta zona es muy
especial por su vegetación entre la que llama la atención la gran abundancia de
sabina (el bosque más abundante de la Comunidad Valenciana), hiedra y otras
plantas que tienen su especial microclima a los pies de este cantil.
Castellar de Meca es uno de los yacimientos arqueológicos
con emplazamiento más espectacular, aupado en una meseta rodeada de paredes
verticales, con muy escasos y estrechos accesos, entre los que se encuentra el
camino hondo, horadado en la roca caliza. Meca nos muestra multitud de silos y
depósitos, alineamientos de viviendas, restos cerámicos, murallas, fuentes y
aljibes, escaleras, refugios, abrigos y arabescos que son testigo de quienes la
habitaron durante siglos. Entre los aljibes, vemos el del Trinquete, de
dimensiones parecidas al del campo de este juego valenciano. El camino hondo es
espectacular, especialmente la curva excavada en la roca con una considerable
altura y de una anchura de unos dos metros.
Salimos del poblado por su parte norte, la parte en la que
esta la escalinata, pero antes visitamos la Cueva del Rey Moro, un gran abrigo
con vistas al norte. Rodeamos el monte en el que se asienta el poblado a media
altura para llegar de nuevo al punto de partida.Podemos ver una ruta muy parecida o idéntica:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3931585
En resumen, casi 10 Km. y 4 horas y media de excursión relajada y entretenida.
Recorrido aproximado, parte norte del Mugrón. |
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