Nacimiento del río Castril |
El día siguiente a la subida al Empanadas, hicimos, como no
podía ser de otra forma, una ruta más corta, aunque no por eso, menos
interesante. El día 16 de noviembre el grupo, después de un descanso reparador en
el camping Los Cortijillos, volvimos a la Fábrica de la Luz desde donde
empezamos esta ruta por el mismo sitio que el día anterior.
En esta ocasión,
cuando encontramos el puente, lo dejamos y seguimos recto siguiendo las
indicaciones del nacimiento del río Castril.
Vamos observando el bosque de ribera que hay a cada uno de sus márgenes, pasamos junto al
canal que conduce el agua a la tubería que termina en la Fábrica de la Luz,
lugar de inicio de la ruta, y enseguida entramos en la zona de descarga en la
que nace el río.
Conforme nos acercamos al nacimiento observamos una
estructura de morfología circular, que recuerda un poco a los circos glaciales
de alta montaña, aunque en este caso su origen no tiene nada que ver con este
tipo de modelado.
Los farallones que cierran el valle corresponden en realidad
a la vertiente o cara sur de un gran macizo de montañas que se eleva
considerablemente a partir del punto donde vemos cerrarse el valle, y cuya
parte superior no alcanzamos a ver debido a la cota baja en la que nos
encontramos. Se trata de un macizo prebético conformado por las sierras de
Cabrilla, Empanadas, Banderillas y Almorchón. Estos relieves están formados
mayoritariamente por rocas carbonatadas: calizas y dolomías. Estas rocas tienen
la propiedad de disolverse, tanto en superficie como en profundidad, por la
acción del agua. El agua circula desde la superficie hasta las surgencias a
través de las fisuras y conductos kársticos, proceso favorecido por el intenso
grado de fracturación de la roca.
El resultado es un relieve que se denomina “kárstico”,
caracterizado por generar una gran profusión de formas de disolución
superficiales (lapiaces, dolinas, uvalas, poljes) y subterráneas (simas, cuevas
y galerías). El macizo kárstico se comporta como un acuífero, es decir, como
una gran esponja capaz de recoger el agua de las precipitaciones de la parte
superior (área de recarga) que se producen en forma de lluvia o nieve y
transmitirla hacia su interior, almacenándola en la red de conductos kárticos,
a modo de un gran embalse subterráneo.
A los pies de los farallones se sitúan los manantiales que
dan origen al río Castril y éste, a su vez, al valle, por erosión fluvial. Los
manantiales se sitúan, por tanto, al pié del relieve kárstico y constituyen una
de sus principales descargas de agua. Por esto se llama esta zona “zona de
descarga”. Actúan como aliviadero y rebosadero del gran embalse de agua
subterráneo. Por esta razón el caudal de los manantiales aumenta
considerablemente después de un gran episodio lluvioso, y disminuye, hasta
secarse en ocasiones, tras periodos prolongados de sequía.
Después de deleitarnos con el nacimiento del río, seguimos
ascendiendo por las indicaciones del sendero del Barranco de la Osa. Por aquí
no hay pérdida, ya que la senda está muy marcada. Cruzamos bastante arriba la
rambla, seca en estos momentos, para adentrarnos en el estrecho y angosto
barranco. La senda está protegida por una baranda y tiene incluso algunas
escaleras. Pasamos por un refugio de pastores en la roca y encontramos un
hermoso ejemplar de tejo milenario. Se trata de uno de los pocos ejemplares que
quedan en este espacio protegido. A pesar de las duras condiciones que soporta:
suelo pedregoso y quebrado, gran presión ganadera… este tejo ha conseguido
crecer a lo largo de los siglos: su tronco que roza los 6 metros de perímetro y
su amplia y densa capa llega a los 10 metros de altura.
Sendero del Barranco de la Osa |
Su valor ecológico es enorme, pues sus densas ramas cobijan
a algunos animales de las bajas temperaturas invernales; además retienen el
agua de la lluvia y la nieve, manteniendo la humedad de la zona.
Tejo milenario |
Antiguamente su madera fue usada en ebanistería para la
fabricación de arcos y ballestas y para los dentales de los arados, por ser muy
resistente y elástica. Hoy en día su uso más interesante está en la medicina,
pues de ella se extrae el “taxol”, una sustancia que se usa en las terapias
contra el cáncer.
No se debe tocar la planta ya que a excepción de la parte
carnosa de los frutos, el resto de la planta es tóxica.
Seguimos subiendo la empinadísima cuesta hasta llegar al
collado y vamos regresando ya hacia el punto de inicio pasando por el Cortijo
de la Puerca por el que ya pasamos ayer y bajando por la famosa senda en zigzag
por la que se accedía al citado cortijo. La senda nos lleva hasta el puente
para cruzar el río y llegar de nuevo a la Fábrica de la Luz.
En total, 8 km. y 3 horas de ruta contemplando paisajes
espectaculares.
Tejo en medio del Barranco de la Osa |
Cortijo de la Puerca Enlace fotos de la web del grupo HINNENI-1 Enlace fotos de la web del grupo HINNENI-2 |
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